Alumnado y capacidades
Las edades tempranas (Infantil y Primaria) son las idóneas para comenzar a trabajar. Los niños por naturaleza no tienen ese pudor o miedo al “fracaso” o la sensación de “ridículo” que tenemos los adultos. Son muy receptivos, enérgicos, espontáneos y despiertos en general. Tienen una motivación innata para aprender divirtiéndose. Pero, también tienen que tener en cuenta que no todos los niños poseen las mismas capacidades para aprender. Según su inteligencia, sus gustos e intereses, motivación, memoria, capacidad de atención y concentración, refuerzo familiar, etc. los niños van asimilando los contenidos a un ritmo determinado.
Por tanto, hay que ser flexibles en las expectativas que tienen de sus hijos y pensar siempre a largo plazo. No es aconsejable hacer comparaciones entre ellos, ya que, cada niño está dotado de cualidades y talento diferentes. Al final, unos antes y otros después, empleando más tiempo o menos, y siempre que se trabaje seriamente con ellos, todos llegan a su meta.